sábado, 24 de noviembre de 2012

(5.-)

Cama.-


Solamente era un colchón. Estaba bastante viejo, con manchas de óxido y quizás que otras cosas que era mejor no saber. Era grande, lo suficiente para albergar a un par de personas en aquellas noches de Junio donde el frío calaba hasta los huesos.
Esa noche de verano mis pasos eran inciertos. Había bebido tanta cerveza que mi estómago y mi vejiga latían a cada segundo. Sentía que iba a estallar, pero con una sensación distante; el alcohol me tenía embobado. 
Llegue a una esquina oscura, con algunas sombras que bien podían ser personas, o mi imaginación. Ya no podía más. Mis piernas y mis ojos querían rendirse ante la noche...y mi imaginación viajó mucho más rápido que mis cansados pies. Me vi acostado en mi cama, con el sonido de la radio en la cocina. Una sonrisa de satisfacción iluminaba mi rostro. 
El colchón era viejo, manchado, hediondo...pero cómodo. No me di cuenta cuando ya estaba durmiendo sobre él.
Al día siguiente, al abrir los ojos, un anciano de barba gris me observaba atentamente
"buenos días su señoría" me dijo, con un tono bastante hostil. "Vaya moviendo la raja, mire que se vino a acostar a mi cama, y ni siquiera pagó la cuota". 
Yo lo miré aún aturdido. "yo..yo..¿dónde estoy?" murmuré son entender nada. El anciano comenzó a reir, dejando en evidencia que le faltaban todos los dientes. "no importa, mijo" me dijo "si ya con las zapatillas estamos a mano. Ahora vaya no má...camine tranquilo, y para la otra, fíjese bien. No va a encontrar camas como esta en todas partes"


No hay comentarios:

Publicar un comentario